Nuestra respuesta al Huracán María
Nuestra respuesta al Huracán María
Sin duda alguna el huracán María despertó lo mejor de cada uno de nosotros y nuestras amistades. Ese es el ejemplo de lo que sucedió con los vagones de suministros que la Fundación JAA consiguió para Comerío. Estos suministros fueron parte de los que el pelotero Carlos Beltrán coordinó para traer en aviones desde los Estados Unidos a los puertorriqueños.
Una de las primeras imágenes que recorrió el mundo fue la que presentaba al pueblo de Comerío y sectores aledaños al río La Plata totalmente inundados, helicópteros rescatando familias, los destrozos y el desasosiego. Estas imágenes llegaron a una de las amistades de nuestro director Arnaldo Alicea y su esposa Ivette Jo, así como a la doctora Liselys Reyes. Liselys no dudó en hablar con su vecino Carlos Beltrán para que parte de los suministros, que llegarían en los aviones que él fletó, se dirigieran a los residentes de Comerío. En ese momento la Fundación JAA se activó coordinando con el señor Wilfredo Franco, gerente de una empresa de transportación, para que transportaran desde el aeropuerto de la Base Muñiz de Isla Verde al pueblo de Comerío, tres vagones de suministros. El señor Franco al percatarse que somos una corporación sin fines de lucro y ver con sus propios ojos los daños causados por el huracán María en Comerío, realizó los viajes sin costo alguno para la Fundación. Siendo esta una de las primeras ayudas recibidas por los Comerieños en medio de la crisis.
El Alcalde, por su parte, tenía organizado un Centro de Acopio que sirvió de receptor y distribuidor de las ayudas. Allí empleados municipales distribuyeron, con efectividad y equidad, por los barrios ayudando en el proceso de recuperación y levantando un inventario de necesidades por sector. No obstante, se necesitaban más manos para la distribución, por lo que la Fundación, de inmediato, se dió a la tarea de buscar ayuda fuera de Comerío. Se organizó un grupo para distribuir la mercancía de los vagones, que incluyó entre otros, a la señora Ada Ilía López, comerieña que vive en Bayamón y ex funcionaria del Banco Gubernamental de Fomento (BGF). Así mismo, motiva a sus tres hijos adolescentes quienes a su vez, lograron reunir un grupo de jóvenes, la mayoría universitarios, para ayudar en la distribución.
La primera distribución se hizo en los residentes de la Barriada Ariel que colinda con la escuela Juana Colón y en la Sector Manuel Espina donde está ubicada la Escuela Inés María Mendoza. De esta manera, los jóvenes y líderes vieron de cerca la necesidad tan grande por la cual estas personas estaban pasando. Muchos no tenían ni agua para tomar o bañarse. Luego de entregar las provisiones de primera necesidad tales como: botellas y galones de agua, comidas enlatadas, papel de baño, papel toalla, entre otros, se procedió a preguntar si había niños, mujeres o ancianos en las casas para así entregar correctamente productos dirigidos a estos grupos de personas. Artículos como pañales desechables de niños y adultos y toallas sanitarias para las mujeres y niñas fueron llevados directamente a quienes lo necesitaban. De igual manera, se entregaron ropa de niños y adultos, objetos de afeitar, jabones, productos de limpieza, etc.
La experiencia fue una llena de positivismo, esperanza y alegría; donde unos a otros se repetían “todo va a estar bien”. Y así fue como, con esfuerzo y cooperación, al final la población de Comerio tenía lo más que necesitaba. Fue una experiencia inigualable para todos los involucrados. Tanto así que, algunos de los jóvenes, que iban a estudiar medicina, incluyeron esta experiencia en el formulario que tenían que llenar sobre ayuda a las comunidades.
El segundo ejemplo fue el compromiso que demostraron los maestros de la Escuela Montessori LMM al tirarse a la calle para realizar un censo de los daños en los hogares de sus alumnos, el que entregaron al presidente de la Fundación. Días más tarde un grupo de nuestros/tras directores se reunieron con los maestros y lo encontrado fue desgarrador. En palabras de dos de los maestros, Roberto Rivera y Estrellita Reyes:
“[...] El 20 de septiembre de 2017 entra a la Isla de Puerto Rico uno de los huracanes más fuertes y potentes de todos los tiempos, el huracán María. Tan pronto el Departamento de Educación comenzó a abrir los planteles escolares alrededor de la Isla, convocó oficialmente a los maestros a regresar a las escuelas donde habían sido asignados desde el inicio del semestre. Al incorporarnos al trabajo y motivados por promover el bienestar social y emocional de nuestra comunidad escolar iniciamos una variedad de acciones. Míster Roberto y yo (Estrellita) solicitamos a nuestro director, Dennis Aquino, unirnos al trabajo del Gobierno Municipal de Comerio que estaba asistiendo a todas las comunidades. Se nos autorizó a hacer visitas a los hogares de los estudiantes. Identificamos a otros maestros que nos quisieran acompañar, pues no teníamos estudiantes en el plantel. Terminamos siendo prácticamente el equipo de maestros de 8vo grado: Luis A. Díaz, maestro de música; Ivonne Torres, maestra de español, Ana Falcón, maestra de Inglés; Roberto Rivera, maestro de matemáticas, Evalis González, trabajadora social y esta servidora, Estrellita Reyes, maestra de historia.
No podíamos permanecer indiferentes y esto representó el primer paso para regresar a la “normalidad”. ¿Qué vimos en nuestro recorrido?:
• Hogares sin techo, ni puertas, ni ventanas, sin electricidad. • Familias que no tenían un lugar seguro para sus hijos.
• Algunos lo perdieron todo por los vientos, otros por las inundaciones ya que el río la Plata entró al pueblo, a la Hacienda, Ariel, etc.
• Algunas familias las encontramos viviendo en hacinamiento con familiares.
• Sentimientos de tristeza, desolación, frustración, depresión, pero a la vez de agradecimiento.
• Los miembros de las familias que visitamos nos identificaban a otros estudiantes en necesidad.
• Habilitamos la escuela junto a otros compañeros de trabajo de comedores escolares y mantenimientos, entre otros, limpiando y recogiendo escombros.
Al ser testigos de tanta necesidad, desde la oficina del director escolar, Dennis Aquino, nos comunicacmos con el Presidente de la Fundación JAA para gestionar la ayuda que nos pudieran brindar. El señor Juan Agosto Alicea, el Ing. Osvaldo González y la Sra. Maricarmen Rodríguez llegaron, como esperábamos, a ayudar en el proceso. Lograron traer a nuestra escuela víveres, alimentos enlatados, medicamentos no recetados, así como otros suministros de primera necesidad. Además, trajeron paletas de botellas de agua y tomaron la iniciativa de trabajar junto al gobierno municipal en la rehabilitación de la escuela, comprando dos cisternas de agua e instalando la tubería correspondiente. La FJAA también compró en negocios locales y llevó a los estudiantes que perdieron todas sus pertenencias uniformes, ropa interior, medias, zapatos o tenis, bultos y otras herramientas necesarias para regresar a la escuela. También se coordinaron servicios de consejeros profesionales con terapeutas y trabajadores sociales y se realizó una actividad de bienvenida a la escuela para estudiantes y padres. No solo se ayudó a los estudiantes de nuestra escuela, sino también a familias que tenían algún enfermo, ancianos y otros en necesidad.”
Para la Fundación fue una experiencia única e inolvidable, el trabajar junto a un grupo de maestros que se fajaron para que sus estudiantes regresaran a su escuela lo más pronto posible. Los maestros de esta escuela en La Mora se merecen un aplauso, en especial Estrellita Reyes y Roberto Rivera. Cabe destacar, que luego de 31 años en el magisterio, la Sra. Reyes fue seleccionada el 15 de mayo de 2022, en forma unánime, como directora de la Fundación JAA.